Machu Picchu fascina a visitantes locales y extranjeros por el misticismo que en él se respira y por la asombrosa perfección de sus muros de piedra.

Esta milenaria ciudadela no solo es motivo de orgullo nacional por revelar la grandeza de nuestros antepasados, sino también de admiración mundial al ser reconocida como “Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO y posteriormente ser declarada una de las “7 Maravillas del Mundo Moderno”.

Año a año miles de turistas llegan al Perú con el deseo de conocer Machu Picchu o de reencontrase con su magia. El Doctor Luis Guillermo Lumbreras, uno de los historiadores más renombrados del país y estudioso apasionado de este Santuario Nacional, comparte sus conocimiento y nos guía en este recorrido.

Historia

Después de un siglo de su descubrimiento arqueológico por Hiram Bingham, existen documentos del siglo XVI, con buenos argumentos para sospechar que Machu Picchu era -al igual que las pirámides de Egipto- el lujoso mausoleo del Inca Pachakuti, fundador del Tawantinsuyu, que vivió entre los siglos XIV y XV d.C.

Nadie duda que allí funcionaba un santuario de rango mayor, a cinco o seis jornadas de la ciudad del Cusco. Quedan los restos de edificios que estuvieron cubiertos de oro, como los del Qorikancha, junto a otros palacios y templos, cruzados por una red de finas fuentes de agua labradas en roca, con observatorios cósmicos, altares y varios espacios para el culto a los muertos de élite. Los restos humanos hallados en el sitio por Bingham, eran de modestos servidores apenas depositados en roquedales próximos unos de otros.

machu picchu hiram bingham

El lugar era conocido como “Piqchu” durante la época colonial. Bien pudo llamarse “Patallaqta” (“pueblo en lo alto”), que era el nombre del “lugar o casa” donde se guardaba la momia del Inca Pachakuti, según revelan las crónicas hispanas. En el siglo XVI, las gentes que vivían en las cercanías, decían que la zona era sagrada y que ellos -especialmente unas mujeres, llamadas “mamacunas”- se dedicaban a cultivar para el cuidado del Inca muerto.

1983 – la UNESCO declaró al Santuario Histórico de Machu Picchu como patrimonio cultural y natural de la humanidad.

2007 – fue elegido como una de las siete maravillas del mundo.

La Ciudadela de Machu Picchu

La ciudadela está formada por palacios, templos, algunas viviendas y almacenes o graneros, pero sobretodo edificios con clara función ceremonial -religiosa, cuyos componentes más lujosos son los mausoleos labrados en la roca misma, con ambientes protegidos tipo cuevas.

Tanto los edificios como las plazas y plataformas, están conectados mediante estrechas callejas mayormente en forma de escalinatas, que se cruzan con las terrazas. La plataforma central es una plaza que sirve de centro a la división de los edificios en “hanan” (arriba) y “hurin” (abajo).

En “hanan”, que está al oeste, se encuentran los espacios sagrados más vistosos, como el Mausoleo Real y el torreón, el Palacio Real o Incawasi, el templo principal y la plataforma piramidal donde se ubica el Intiwatana (“reloj solar”).

Al este, en “hurin”, existen cinco edificios. Uno de ellos es otro mausoleo tallado en la roca, rodeado con instalaciones que crean la imagen de un inmenso cóndor encima, con hornacinas que tienen hoyos para los engrampes de oro de su fachada.

También un palacio con observatorios, talleres y un conjunto de recintos que sugieren un uso equivalente al de las “aqllawasi” (recinto de las vírgenes del sol o mujeres escogidas). Asimismo, un grupo de tres palacios con destino ceremonial. Pasando por un “jardín de rocas”, se encuentra un observatorio, donde se puede apreciar una Roca Sagrada que delinea el perfil de las montañas desde donde nace el sol. Otro grupo de mausoleos de élite y casas al parecer de carácter doméstico.

En la antigüedad, a la ciudadela se accedía únicamente desde la puerta principal que normalmente se mantenía cerrada. Todo tenía mecanismos que impedían el libre acceso, con una muralla y una profunda y ancha zanja que rodea todo el conjunto, además de varias puertas con cerrojos que separan los conjuntos de visita restringida como una medida de aislamiento ceremonial inviolable, similar a las de los monasterios de ultramar.

El sector agrícola

La agresiva y desigual pendiente se transforma en una superficie escalonada con terrazas totalmente horizontales y planas, que cubren los desniveles de las laderas y cuyas curvas redibujan con líneas firmes los perfiles de la montaña. Así pues, el entorno natural, cubierto de una tupida capa arbórea, se transforma en un espectáculo armonioso.

sector agrícola

Junto al maíz y la coca que sembraban en esos andenes crecían también las orquídeas de variados colores. De acuerdo con documentos del s. XVI, estas tierras estaban bajo el cuidado de personas encargadas de sustentar el culto al Inca muerto. Los alimentos y otros bienes se almacenaban en edificios especiales para su conservación llamados “colca” o “qollqa”.

El sector urbano alto: Hanan llaqta

A la ciudadela se ingresaba por un pórtico trapezoidal cuyos cerrojos de piedra son visibles en el interior. Se puede apreciar una argolla de piedra clavada en el dintel donde se fijaba la puerta que, al abrirla, creaba un espacio sombreado debajo de ella. Solo llegaban a este punto un grupo selecto de personas.

Se recorre un sendero con recintos que debían servir para alojar a guardianes y visitantes. También estaba la cantera y un edificio que debe haber tenido la función de antesala, con grandes cuartos y áreas de servicio para alojar personas. Está separado del resto por una puerta con cerrojo.

sector urbano

Se encuentra en este sector dos casas grandes de dos plantas y cuatro recintos pequeños en un nivel más bajo. Siguen ocho puertas contiguas que acceden a la planta alta de otro edificio; una escalera nos conduce hacia la planta baja, un ramal se bifurca al sur y al norte, donde hay dos “wayranas” muy angostos (construcciones de tres paredes). Todo este conjunto no tiene conexión con otros edificios.

Todos los cuartos eran de mampostería irregular, enlucidos y pintados, interna y externamente. Los techos de los salones eran de dos aguas, en cambio los del nivel inferior eran de cuatro aguas.

Audiencias y talleres

Debajo del edificio vestibular, en una terraza se hallan cinco recintos simples y en otra terraza más baja, cinco salas elegantes. Ambas están conectadas por una escalinata que nace allí y cruza Machu Picchu de oeste a este. Desde un descanso semicircular, el visitante puede cruzar las terrazas o bajar por la larga escalinata transversal hacia el Mausoleo y el Palacio Real.

En la terraza más alta, se encuentran una fila de “wayranas” que cumplieron funciones públicas, a modo de audiencias. Frente al recinto norte, bajo una roca, se ubica una pequeña cueva habilitada como tumba.

Recorriendo un angosto sendero con una baranda, se puede apreciar la parte superior del Mausoleo Real y el sitio en su conjunto. Luego, se ingresa a un complejo de recintos con nichos y pisos de arcilla, donde se encuentran restos que indican actividad doméstica o ceremonial y también manufacturera, como argollas para hastiales o piedras para hacer cuentas.

Los hallazgos han mostrado reiteradamente la evidencia de incendio en todos los recintos, incluyendo un enlucido sometido al fuego. Debajo de todos estos recintos hay dos terrazas con cuartos de guardianía o vigilancia.

Las casas de abajo

En el extremo sureste de Machu Picchu la pendiente es muy fuerte, casi vertical. Allí existen un grupo de edificios organizados en cuatro bloques.

La sección más alta, se encuentra a un desnivel de más de seis metros con respecto a Mausoleo Real. Este desnivel se acentúa entre los edificios, llegando, incluso a 40 metros, en una distancia de apenas 50 metros. Unas escalinatas sirven de separación entre cada grupo de “casas”.

El Mausoleo Real y el torreón

Según nos indican las crónicas y otros documentos del s. XVI, los incas no eran “enterrados” y, sus cuerpos momificados eran permanentemente cuidados en pueblos, con casas destinadas para su culto. Según Juan de Betanzos (s. XVI): “siendo ya muerto [Pachakuti] fue llevado a un pueblo que se llama Patallacta en el cual él había hecho edificar unas casas donde su cuerpo fuese sepultado y lo sepultaron metiendo su cuerpo debajo de tierra en una tinaja grande de barro nueva y él bien vestido y encima de su sepulcro mando Inga Yupangue [Pachakuti] que fuese puesto un bulto de oro hecho a su semejanza… y de allí trujeron … en unas andas a la ciudad del Cuzco muy suntuosamente a las fiestas de la ciudad”.

mausoleo real

Los muertos eran conservados en cavernas o abrigos rocosos, o en pequeñas casas que se conocen como “chullpas”. En las excavaciones de Hiram Bingham se hallaron 107 sepulturas que contenían 156 cadáveres de mujeres, hombres y niños sólo en un caso dentro de una tinaja de cerámica.

Siguiendo indicaciones de los documentos, Machu Picchu, pudo ser como el lugar que guardaba el cuerpo del Inca Pachakuti, quien lo habría mandado construir para tal fin. La cripta es muy lujosa, con una cueva acondicionada con mucho cuidado, con rocas talladas, los espacios libres están cubiertos con sillería fina y se habilitaron altares y hornacinas.

Encima de la cripta se encuentra el torreón con huellas de las esculturas que hubo en ella y en los muros que la forman. Las ventanas se dirigen al noreste, este y sureste, en dirección a los rayos solares que cambian estacionalmente. Están intercaladas con hornacinas y elementos que se pueden ligar al uso de adornos de oro en las paredes como los que hubo en el Qorikancha del Cusco.

torreon machu picchu

Si ese fue el mausoleo de Pachakuti, en el torreón habría una estatua de oro con la figura del Inca. El lugar sería en una ventana grande, que más parece una puerta de forma trapezoidal, en cuyo umbral escalonado hay unos tubos labrados que atraviesan las piedras como para sostener pasadores que pudieron servir para fijar la imagen de oro. Podríamos imaginarnos la figura de Pachakuti mirando los templos, con una hermosa fuente de aguas cristalinas a sus pies.

El Palacio Real o Incawasi

Al frente del mausoleo, cruzando la escalinata central, encontramos la puerta del Palacio Real, un lugar que sería ocupado como vivienda muy exclusiva.

Cruzando un corto pasaje enlosado, ingresamos a una celda angosta que debe haber tenido un perro o algún animal guardián atado a una argolla labrada en el muro sur. Sin duda, era un lugar de acceso restringido, todo indica que su habitante no podía ser visto por cualquier mortal.

La segunda sección del Palacio se asocia a un extenso jardín que mira al oriente, y a un segundo patio en el centro, desde donde se ingresa a los recintos traseros del Palacio, destinados a servicios.

El Intiwatana

Es una colina que ha sido remodelada artificialmente en forma de una pirámide escalonada. En su cúspide se encuentra la famosa escultura interpretada como un reloj solar.

intiwatana

Esta escultura tiene una altura de 1.8 m, con una combinación de ángulos a desnivel, interpretados como generadores de sombras para observar el tiempo siguiendo los desplazamientos del sol y una adicional lectura del movimiento de las estrellas con objetivos calendáricos. Se le atribuye un valor concentrador de energía cósmica.

Los templos

En la sección intermedia, entre la entrada al Santuario y el Intiwatana (2456 m), como haciendo puente entre ambas, vemos una plaza con una serie de edificios considerados como templos.

– En el centro de la plaza está el Templo de las Tres Ventanas, construido con inmensas piedras labradas de fino acabado. Al sur, un recinto cuadrangular con dos vanos de acceso y techo a dos aguas, debe haber sido de apoyo litúrgico.

templo de las tres ventanas

– El Templo Central cuenta con sólo tres muros y el frente abierto hacia la plaza. La base está hecha con inmensas piedras poligonales sin argamasa, muestra indicios de que pudieron ser cubiertas de planchas de oro o plata que llevaban diseños escalonados en bandas.

templo principal

En el lado norte, el zócalo servía de altar, con dos o tres niveles de banquetas; en el tercio superior hay sillería fina con una hilera de hornacinas, donde pudo colocarse imágenes, como en un altar.

Sigue un anexo del templo, pegado a la escalera que sube al Intiwatana con las mismas técnicas constructivas, con adornos escalonados en los muros y en el dintel de su puerta de acceso. La mayor parte de las piedras del zócalo miden cerca de 1,80 m de altura.

La Plaza Mayor y el Sector Hurin

Al pie del Intiwatana se encuentra la Plaza Mayor, frente a un grupo de casas y un palacio con tres portadas, ubicados sobre unas terrazas que aparecen como jardines escalonados. Frente a ella se observa una serie de terrazas a desnivel, que tienen en el fondo un foso trapezoidal, configurando un paisaje similar al de un anfiteatro.

En la sección más alta del Hurin, se ubican los edificios que componen el palacio que es llamado “Aqllawasi”.

La sección meridional tiene un adoratorio y mausoleo “hurin”, también muy elegante, asociado a una alegoría surrealista de un cóndor en actitud de descender sobre una cueva.

El altar de la Roca Sagrada

Al parecer hay una ligazón directa entre el Intiwatana y una roca que ha sido puesta en un atrio con dos wayranas y una suerte de jardín de rocas en la cima. La roca tiene unos tres metros de alto y su perfil irregular, delinea las siluetas en punta y forman un conjunto espectacular.

roca sagrada

El palacio de las Tres Puertas

Aparece como un gran lienzo, con tres elegantes puertas de doble jamba, cada cual ligada a una “kancha” (cerco rectangular que albergaba tres o más estructuras rectangulares dispuestas simétricamente alrededor de un patio central), conectada internamente con las otras. Las puertas están sobre el sendero que nace en los recintos del norte, sobre un andén elevado, que después de pasada la línea del palacio, deja de ser un trayecto plano para convertirse en una hermosa y larga escalinata que va hasta el nivel de la Plaza Mayor.

Es difícil atribuir funciones a este conjunto de recintos aunque es posible que representen una unidad organizada para fines de uso público.

Las collcas del Este

En las laderas orientales hay un conjunto de edificios, que se presume que eran collcas (almacenes) dispuestas en tres niveles. Todas de las mismas dimensiones rectangulares con dos puertas con frente al oriente en los pisos de abajo y una en el piso de arriba, con frente al oeste.

Las criptas del oriente

En unas terrazas más bajas, hay un complejo de recintos singulares, con patios y cuartos pequeños, y cuevas, unidos a un conjunto que parece un anfiteatro, todo dispuesto en una suerte de laberinto que se combina con una sensación de vértigo por las pendientes que están al pie de los edificios.

Hay ocho recintos, todos diferentes, pero ligados. Al pie de la terraza de las collcas, hay una escalera que conduce a una terraza con una puerta que da acceso al primer recinto de dos plantas. Uno de sus cuartos conduce a una cueva acondicionada como un recinto similar a los mausoleos ya conocidos.

Aqllawasi

La casa de las ¨vírgenes del sol¨ o mujeres escogidas. Se conformaba por un grupo de recintos, patios y jardines que están sobre las terrazas de la Plaza Mayor, dispuestos en varios niveles amurallados y con una sola entrada.

Una sala que llama la atención es la de los “morteros” tallados en unas rocas en el centro del recinto. Se piensa que estos “platos” pudieron servir como observatorios para fijar desplazamientos cósmicos.

espejos de agua

Los Aqllawasi eran verdaderas fábricas o talleres organizados como conventos que proveían mano de obra especializada en la producción de telas y otros bienes suntuarios.

La cripta del cóndor

Se encuentra frente a los jardines del Palacio Real. Tiene dos secciones: una alta, con un grupo de grandes rocas; y otra, con una cripta muy elegante que muestra una alegoría que parece representar un cóndor volando.

En las terrazas más bajas, vemos una fuente de agua similar a la del Mausoleo Real.

Se ingresa por una portada de doble jamba, que tiene anexa una puerta secundaria que conduce a una terraza amurallada como una fortaleza. Esta terraza tiene seis ventanas que miran al Palacio y la Tumba Real y una hilera de nueve grandes hornacinas con ventanillas muy pequeñas con la misma vista.

Cruzado el pórtico principal, a la izquierda se inicia una larga escalinata que se prolonga hasta la fosa seca que protege la ciudadela. A la derecha otras escaleras conducen a la cripta. Siguiendo el camino nos encontramos con una puerta de doble jamba con instalaciones de cierre, lo que significaría que el paso era restringido.

Al centro del patio, al nivel del piso vemos una roca labrada en forma de triángulo escaleno que ha sido descrita como si fuese la cabeza del cóndor vista desde arriba, rodeada de un anillo interpretado como la gola de los cóndores.

templo del cóndor

Detrás de la escultura del cóndor se ven un grupo de cuevas conectadas entre sí, que han sido interiormente acondicionadas. Una de ellas tiene unos ocho metros de largo y da acceso a una cámara donde se encuentra una gran hornacina cuadrada.

Pasando la zona de las cuevas encontramos un altar escalonado, asociado a un muro con tres hornacinas profundas y anchas, que disponen de unos elementos de amarre, similares a los del torreón. Podría pensarse que al igual que en el Cusco (Qorikancha) o en el Mausoleo Real, hubo lienzos o imágenes de oro que requerían ser fijados a las hornacinas. En ese caso, sería un altar con imágenes de oro de las momias de la cripta.

En los andenes más bajos está la última de la cadena de fuentes que se inicia al costado del Mausoleo del Inca y cruza transversalmente la ciudadela.

El Wayna Picchu

Ascender al Wayna Picchu es una experiencia inolvidable. Aunque demanda un buen estado físico, el contemplar el Santuario desde la cima y recorrer los distintos recintos a su paso, es una recompensa más que valiosa.

En el extremo norte del Santuario, detrás de la “Piedra Sagrada”, un sendero nos conduce al imponente Wayna Picchu. Una larga escalera angosta que rodea el cerro por el oeste. En algunos tramos, los escalones están directamente tallados en la roca. Otro sendero que asciende desde el río Urubamba es más empinado y largo.

En la cima, en medio de las rocas (junto a unos recintos y terrazas) nos encontramos con una piedra que la imaginación popular llama “silla del Inca”.

waynapicchu

Las cavernas de la ladera norte del cerro, son espectaculares. Hay cavernas en toda la ladera, muchas embellecidas. A las más notables se les conoce como Templo de la Luna, una muy grande, similar al sepulcro real o la cripta del cóndor, tiene paredes internas de sillería y detalles de lujo como nichos con triple jamba y altares labrados en la roca, como los mausoleos del Inca y del Cóndor.

El ingreso a Wayna Picchu está restringido en dos turnos, de 7 a.m. a 8 a.m., el primero; y de 10 a.m. a 11 a.m., el segundo. Con una capacidad máxima de 200 personas para cada grupo.

Riqueza biológica

El paisaje que rodea al Santuario Histórico está configurado por una serie de cerros de gran pendiente, con laderas casi verticales, quebradas profundas y muy estrechas, así como nevados de más de seis mil metros de altitud. El nevado Salkantay (6271 metros de altitud) que era considerado como uno de los cerros sagrados de los incas.

Debido a su gran riqueza natural, es un Área Natural Protegida por el Estado, que busca conservar los ecosistemas naturales e intervenidos, así como especies de su flora y fauna nativas.

Flora

El bosque de Machu Picchu está formado por diversas especies arbóreas, helechos y una larga lista de plantas de matorral, yerbas y musgos. Junto con el Pisonay y el Aliso, se hallan varias especies de coníferas y de árboles de hojas anchas que pueden alcanzar varios metros de altura.

orquídeas de machu picchu

Las Orquídeas ocupan un lugar especial, dado que a lo largo del “Parque de Machu Picchu”, se encuentran más de 50 variedades de esta flor.

Fauna

Cuenta con una enorme variedad de fauna silvestre, entre las que destacan la comadreja o zarigueya, la vizcacha, junto a otros roedores y venados. Actualmente es el hábitat de un gato montés pequeño muy agresivo, del puma, la nutria o “gato de agua” y el oso de anteojos.

Asimismo, la variedad de aves ha originado que amantes del birdwatching visiten este Santuario Histórico y Natural, además del recinto arqueológico. Las aves más representativas son el cóndor y el gallito de las rocas, el ave nacional del Perú. Junto con las llamas, introducidas por el hombre, también se domesticaron cuy (cavia o “conejillo de indias”) y perro.

gallito de las rocas

Los reptiles son también parte bosque, especialmente lagartijas y serpientes de varios tipos, así como una gran variedad de insectos.